viernes, 25 de septiembre de 2015

Ambientación para partida El reinado de los Strigoi

24 de Marzo de 2054

El apocalipsis está en ciernes, el fin de la raza humana como la conocemos se acerca…

Hace apenas tres décadas que descubrimos la causa de nuestra enfermedad, treinta años en los que el mundo ha cambiado de una forma radical, algo que no se esperaba. La enfermedad de la humanidad es una criatura que nos ha hecho cambiar toda nuestra existencia. Un depredador. El strigoi.



Los strigoi, esas criaturas de leyenda que nadie creía que pudieran existir, las almas de los muertos que salen de su tumba para aterrorizar a los niños… O la historia que los padres contaban a estos para que se fueran pronto a la cama a dormir. Un no-muerto. Un parásito. Una sanguijela. Un vampiro. Pero no, ahora sabemos que no son vampiros, que no se asemejan en nada con ellos.

Hará treinta años, la mayoría de nosotros no habíamos ni nacido, hubo un descubrimiento, uno fatal. Tras el derrumbamiento espontáneo de una de las minas de Courrières, que fueron reabiertas para buscar carbón con la falta de energías combustibles, salió algo o alguien no esperado. La humanidad nos estábamos quedando sin energías fósiles, y las renovables no alcanzaban para cubrir todas las necesidades de una población creciente de forma exponencial y sin expectativas de ralentizar en esa subida. Las viejas minas se re-abrieron para tratar de explotar hasta el mínimo recurso posible.

Una de las minas más productivas retomadas fue la de Courrières, que tras la catástrofe de principios del siglo XX con más de un millar de muertos, no contaba con muy buena fama. Los mineros decían que se oían los lamentos de los muertos retumbando en cada recoveco cuando bajabas. Lo que no sabían los mineros que bajaban es que estaban en lo cierto, oían a los muertos, pero no a aquellos que habían perecido hacía casi dos décadas atrás.

Una noche, salieron, arropados por la oscuridad. Al principio pensaron que eran mineros que se habían perdido, después se pensó que se había descubierto una nueva especie… Y luego… Luego llegó la catástrofe. Cinco strigoi salieron esa noche de su letargo, cincuenta strigoi fueron los que amanecieron a la semana siguiente en la pequeña población, tras ser asesinados e infectados los humanos.

Comenzó una epidemia. Ellos eran más lentos, pero fuertes e incansables, como zombies pero sedientos de sangre. Al ritmo en que se alimentaban, la humanidad sería diezmada en cuestión de semanas. Sobre ellos se alzó un Máster, un señor vampiro o así llamado por tener un raciocinio mayor que el resto que parecían autómatas. El Máster dio indicaciones para proceder, nosotros seríamos sus sirvientes y su ganado…

No podían seguir infectando a todos o pronto se quedarían sin nada que comer. Así comenzó nuestra esclavitud: vivimos de día para servirles de noche. Nos embaucaron al principio, haciéndonos creer que sería lo mejor, lo más apropiado… Pero no es así. La humanidad agoniza.



Si hay algo que caracteriza al Homo Sapiens es su naturaleza inconformista, su codicia, sus deseos de mejorar. Es por ello que a espaldas de este reinado del terror, creció la resistencia. Debíamos saber más, conocer cómo parar a nuestro enemigo. Un grupo de eruditos se propuso recolectar todos los escritos al respecto de los strigoi, la cultura popular y las supersticiones y leyendas ya hablaban de ellos… Algo debía haber para saber cómo los habían “puesto a dormir”. Cualquier opción era válida.

Vampiros. Esa fue la respuesta que nos dieron los eruditos. ¿Qué los strigoi eran ya vampiros? Nos equivocamos. Para nosotros eran el último eslabón de la cadena alimenticia, pero si nunca antes pasó antes en la historia fue gracias a los vampiros, los de verdad. Hijos de Caín, poderosos, nobles y mucho más fáciles de mezclar con los humanos. Los vampiros habían resultado ser las cabezas de familia de la nobleza europea en la Edad Media. Ellos habían subyugado de por vida a los strigoi para ser sus sirvientes, fue por ello que nunca supimos ni de unos ni de otros.



La respuesta fue simple, la solución no tanto. Por alguna razón, desconocida, no quedaban vampiros y esa era la causa de la pandemia strigoi. Los sirvientes, al verse privados de sus cadenas, habían perdido el control y se habían vuelto una plaga. La Plaga, así decidimos llamarlos nosotros la Resistencia, los buscadores de la solución. Y la solución es buscar algún último vampiro que pueda controlar esto, tenemos algunas pistas, solo falta que nos sonría la suerte, antes de que acabemos todos devorados.

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